miércoles, 25 de abril de 2007

Biocombustibles: Beneficios para pocos, perjuicios para todos

Estamos asistiendo en casi todo el mundo al nacimiento de una nueva paradoja económica, generada por el apurado y desorganizado surgimiento de una nueva fuente energética, los biocombustibles.
Como breve introducción diré que con un horizonte de reservas de petróleo en baja irreversible, y asumido que la economía dependerá por muchos años más de los combustibles, cualquiera sea su origen fósil o biológico, se está implantando en mucha gente la idea de dedicar diversos cultivos -y por lo tanto, tierras- a la producción de biocombustibles.
En un contexto de petróleo muy caro para los próximos años esto supone que se dedicarán tierras que podrían producir alimentos para gente a producir cultivos para alimentar fabricas de alcohol y biodiesel.
Ejemplos de estos cultivos son el maíz, la soja, la colza, y un largo etc.
No es difícil imaginar que la demanda por cultivos energéticos más los alimentarios hará que se presione la frontera agrícola avanzando sobre las últimas áreas forestales que nos quedan.
No nos engañemos, los biocombustibles generan tantos gases de invernadero como el petróleo - se queman a CO2 + H2O- y contribuyen al calentamiento global. Además, si desmontamos bosques para producir biocombustibles el efecto es peor pues se pierde área forestal que absorbía CO2, regulaba la temperatura del aire y el escurrimiento del agua, protegía el suelo de la erosión y era fuente de biodiversidad.
Dicen los optimistas que solo se dedicarán los excedentes de los cultivos alimentarios a producir biocombustibles sin comprometer la provisión de alimentos. Yo me pregunto: mientras haya gente con hambre, ¿se puede hablar de excedentes?. Pero claro, se trata de la seguridad alimentaria de quienes pueden pagar por los alimentos.
También dicen que se cultivarán zonas desérticas pero no nos olvidemos que son suelos muy frágiles susceptibles a la salinización, y su riego requiere una cantidad de agua que no está disponible.
Por último, la demanda de combustibles de nuestra sociedad es tan vasta que ni toda la producción agrícola del mundo convertida en biocombustibles podría abastecerla. Obviamente, se trata de reemplazar parte del consumo de petróleo a fin de moderar los efectos de los altibajos en su producción.
La solución no son los biocombustibles con este modelo de consumo, pero si tenemos que convivir con los cultivos energéticos estemos alertas para que no se comprometa la seguridad alimentaria de nadie y a que no se degrade el medio ambiente con consecuencias aún más graves que en la era del petróleo que está llegando a su fin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

estas muy acertado en tus apreciaciones, el sur va a terminar siendo el granero y la gasolinera del norte.